
En esta reforma integral de un piso entresuelo de 110 m2 en una estrecha calle del barrio de Sarriá, Barcelona, la luz juega un papel fundamental. Para inundar de luz natural el piso, se optó por ampliar el paso entre recibidor y salón, y se abrió la cocina para unificar las 3 zonas en un único espacio. Además se abrieron los hueco de ventana al patio de luces para aportar más luz y crear una circulación fluida con el exterior. Cuando cae el sol, la iluminación artificial, pensada para dar calidez y la iluminación correcta a cada espacio, toma el relevo para potenciar la arquitectura que define gran parte del mobiliario y aporta la estética mediterránea y llena de color que define a esta família que habita su nuevo hogar.